Artículo de prensa publicado en el Diario del AltoAragón / Sábado, 28 de mayo de 2016
La puesta a punto de las piscinas tras el invierno
Pablo Poch, gerente de Teymagua, nos da consejos de mantenimiento
Con la llegada de la primavera, es recomendable comenzar la puesta a punto de la piscina, así podemos disponer de tiempo suficiente para poder solucionar los pequeños problemas que hayan podido surgir. La aplicación de un tratamiento de invierno en la piscina facilita muchísimo su puesta a punto para el verano. Es muy frecuente que confundamos diferentes conceptos como la desinfección, la filtración y la limpieza del agua, ya que visualmente no apreciamos más que la suciedad o la turbidez del agua así como su color. Pero, se usan distintos elementos en estas labores.
En el llenado o rellenado de la piscina se usa agua de red que ya ha sido tratada y por lo tanto está libre de patógenos. Pero las piscinas reciben constantemente aportes de microorganismos. Cuando nos bañamos, dejamos restos orgánicos (sudor, mucosas, aparato genitourinario…) e inorgánicos (cremas, protectores solares…). Para evitar que el agua se convierta en un fantástico hábitat para hongos y algas, es necesaria una correcta desinfección. La base de funcionamiento de los diversos sistemas de desinfección es la misma. Una parte del desinfectante se consume al destruir los contaminantes, el resto permanece como residual, listo para actuar con los nuevos microorganismos que lleguen. El consumo de los desinfectantes de piscinas varía con la temperatura, la incidencia solar, el número de bañistas y la polución. Por ello, es necesario analizar diariamente el nivel de desinfectante. Podríamos dividir los tipos de desinfectantes para la piscina en dos sistemas, manuales y automatizados.
En el primer grupo, es de sistemas manuales, contamos con el cloro químico, un agente que actúa por oxidación y convierte los residuos orgánicos, en compuestos que pueden evaporarse en forma de gas. Está disponible en diferentes formatos, líquido o sólido, pudiendo ser este último en pastillas o en polvo, dependiendo de la velocidad de actuación necesaria en cada momento. Además de clorar de forma progresiva, pueden contener otros productos que ayudan al mantenimiento de la piscina (antialgas, floculantes…).Y existen productos alternativos para las personas con complicaciones alérgicas, o simplemente, para los que quieran evitar el olor a cloro. Y una segunda opción sería el oxígeno activo, un oxidante que se combina con la materia orgánica y básicamente detiene su actividad. La descomposición es limpia y no genera residuos potencialmente perjudiciales para las personas y el medio ambiente. Por ello está indicado en personas con problemas de piel, aparato respiratorio y cualquier tipo de hipersensibilidad al cloro. Su mayor desventaja es la volatilidad, lo que debemos tener en cuenta cuando las temperaturas son muy altas.
En cuanto al grupo de sistemas automatizados, destaca la electrólisis de sal o cloración salina, un sistema que con un material básico y económico como es la sal, produce cloro en forma de hipoclorito sódico. La corriente continua pasa por unos electrodos contenidos en una cámara. A través de esta cámara se recircula el agua del vaso que contiene una concentración de sal. Cuando el agua salada se somete a la electrólisis, se transforma en hipoclorito sódico que desinfecta el agua, pero cuando dicha agua vuelve a entrar en contacto con el aire al retornar a la piscina, el hipoclorito se volatiliza y pasa a ser de nuevo sal disuelta en el agua. La concentración de sal permanece constante y sólo hay que hacer pequeñas reposiciones debido a la pérdida que se produce por los lavados del filtro.
Con este proceso se genera cloro puro sin otros subproductos. No provoca irritación de los ojos, mucosas y piel. Y también se puede escoger el tratamiento por luz ultravioleta, un sistema en el que un equipo de rayos de luz ultravioleta UV-C consigue una doble desinfección del agua mediante una reducción muy importante de las cloraminas y la neutralización de los microorganismos, impidiendo su reproducción. La calidad del agua es excelente, sin problemas de olores ni irritación en ojos y mucosas. Es necesario el aporte de otros elementos de desinfección que en conjunto aporten desinfección durante todo el tiempo. Aconsejamos su utilización junto con peróxido. Este compuesto se administra a través de una bomba de dosificación. Su carácter residual favorece su poder desinfectante. Sea cual sea el sistema de desinfección elegido, es muy recomendable el control del nivel de pH. Su desajuste afecta al resto de parámetros, impidiendo así que la desinfección se realice correctamente. Y no debemos olvidar que el buen mantenimiento de la piscina permite mantenerla en perfectas condiciones durante toda la temporada de baño, garantizando el perfecto funcionamiento.
Pablo POCH. Gerente de Teymagua
Fuente: NOTICIA – PISCINAS TEYMAGUA